Msc. Ramón A. Hernández Torres, Censor de la Academia Hondureña de la Lengua en 2013.
En Honduras, privilegiada por la rica diversidad étnico-lingüístico-cultural que alberga como producto histórico precolonial, confluían dos grandes áreas culturales: la Mesoamérica de las monumentales construcciones y de grandes civilizaciones y la Intermedia, no menos desarrollada -tal vez, hoy- por inexplorada. Cada área cultural (definida antropológicamente) es cuna de grandes familias de lenguas con amplias ramificaciones que configuran áreas lingüísticas (definidas por lingüistas) con muchos rasgos fonético-fonológicos, morfológicos, sintácticos y léxico-semánticos compartidos durante siglos; todo esto modela zonas geográficas con una identidad inconfundible propia. En estos espacios territoriales concurrían movimientos migratorios permanentes de pueblos mesoamericanos de norte a sur: chorotegas, aztecas y mayas y del Área Intermedia de sur a norte: chibchas y macrochibchas. Aunque algunos estudiosos incluyen el Caribe como parte de esta área, conviene al respecto considerarlo dentro del área Circuncaribe ya que los garinagu o garífunas, además de su mezcla africana, descienden de la familia arahuaca venidos del continente suramericano a las Antillas primero, después, ya mezclados a Honduras.
Hoy, sobreviven más que perviven -pese a los embates de la globalización y uniformización lingüístico-cultural- pueblos, lenguas y culturas que configuran nuestro patrimonio tangible e intangible, polícromo y multiforme que como hondureños estamos obligados a darle perpetuidad.
Las lenguas mesoamericanas desaparecieron en nuestro país y de ellas sólo existen registros históricos: la chorotega (incluyendo la de Nicaragua y Costa Rica), ubicada en Choluteca y Valle y la náhuatl, localizada en varios enclaves en el territorio nacional; la lenca, cuya etnia, «culturalmente mesoamericana aunque lingüísticamente no lo sea», es la más numerosa en hablantes y más extendida territorialmente, abarcaba los departamentos de Lempira, Intibucá, Comayagua, La Paz, Santa Bárbara, Francisco Morazán y Valle; y se hablaba precariamente en las aldeas más aisladas de los municipios de San Francisco de Opalaca, Intibucá, y Santa Cruz, Lempira, a fines del siglo pasado. Persiste, ahora, únicamente la lengua mesoamericana Maya-ch’orti’.
La lengua Maya-ch’orti’, ubicada en Copán y Ocotepeque, el Consejo Nacional Indígena Maya Ch’orti’ de Honduras (CONIMCH’H) la revitaliza actualmente con éxito, también se habla con mucha vitalidad en Chiquimula, Guatemala; la cultura ch’or ti’ de «los cultivadores de maíz» tiene el típico sistema numérico vigesimal mesoamericano, pertenece a la familia cholana junto al chol también hablado en Guatemala. Sus rasgos fonético-fonológicos destacables son: la serie simple de las oclusivas 1 y africadas 2 ; además, las anteriores son aspiradas y glotalizadas . El orden en la oración predominante es S(ujeto) O(bjeto) V(erbo) con posposiciones (van después del nombre, contrario a las preposiciones del español), aunque también se presenta el orden SVO en algunas construcciones sintácticas; es una lengua ergativa ya que distingue —mediante morfemas 4 — el sujeto agente (que realiza la acción verbal) del no agente. La posesión de los sustantivos se expresa mediante morfemas flexivos 6 que se prefijan al nombre según este empiece con consonante o vocal. La flexión verbal del ch’or ti’, como las demás lenguas mayas, es compleja ya que existen juegos de prefijos o sufijos con los cuales se conjugan los verbos transitivos e intransitivos, para el caso: «los verbos transitivos llevan los prefijos de inflexión, sujetos (Juego A) y sufijos de inflexión, pacientes (Juego B)» , Pérez Martínez (1996: 32); el juego A también funciona para expresar la posesión de los sustantivos. El alfabeto práctico es: a, b, b’, ch, ch’, d, e, g, i, j, k, k’, l, m, n, o, p, r, s, t, t’, tz, tz’, u, w, x, y. 8
Entre las lenguas del Área Intermedia tenemos:
La lengua pesh pertenece a la familia chibcha. Su sistema numérico es decimal. Fonológicamente es tonal, significa que una misma palabra puede cambiar de significado según el tono alto (’), medio (no se marca) o bajo (`) con que se pronuncie: óh ‘caña’, oh(a) ‘cor r er’, òk(a) ‘dormir’; además, tiene quince vocales: cinco breves: i, u, e, o. a; cinco largas: î, ê, ô, û, â (este diacrítico es el acento circunflejo para las vocales largas) y cinco nasales: i, u, ẽ, õ, ã. Morfológicamente resaltan los segmentos temáticos que deben agregarse antes de sufijar los morfemas tanto nominales como verbales, así: awesh(ka) ‘leer’, àweshká ‘lectura’, aweshka ‘leído’, aweshta ‘lector’; también posee un sistema de modalidad u oraciones según la actitud del hablante, así se marcan expresiones que significan posibilidad, obligación o deseo. El orden en la oración es S(ujeto) O(bjeto) V(erbo) con posposiciones. En la lengua pesh no hay acento fonético o prosódico, como en las demás, ya que existe el tono, por esto, en una misma palabra pueden concurrir los tres tonos apuntados arriba, esto también hace que sean más comunes los hiatos que los diptongos. El patrón silábico es V(ocal), VC(consonante), CV, CVC, CCV y VCC; si la sílaba es CCV la primera consonante es / p / , / t / , / k / , / n / , / ch / o / w / y la segunda una / r / o una / l / de manera restringida después de / k / . Si la estructura silábica es VCC, la primera consonante es / s / o / ch / , en este caso la segunda es / r / ; si la primera consonante es / n / la segunda es / h / . El alfabeto práctico y el orden de las letras es como sigue: a, â, ã, b, ch, e, ê, ẽ, h, i, î, i, k, l, m, n, ñ, o, ô, õ, p, r, r r, s, sh, t, u, û, u, v, w, y, / ϶ / . Tono alto / ’ / , tono medio / ¯ / (en la ortografía pesh este no se escribe) y tono bajo / ` / .
Las lenguas tawahka y Miskita pertenecen a la familia Misumalpa (incluye también el matagalpa [Nicaragua], cacaopera [El Salvador], ambas extintas) y al filium macrochibcha (es decir, parentesco remotamente chibcha); el sistema numérico es pentasimal; fonológicamente destacan la existencia de la nasal velar ng en posición final de palabra: yang ‘yo’ y la posvelar sorda h; tiene tres vocales breves: i, u, a y tres largas: î, û, â. Morfológicamente los sustantivos son variables ya que presentan una forma absoluta cuando aparecen aislados: û ‘casa’ (Tka), utla (Mto) y una forma construida ûni cuando aparece en oraciones en tawahka; en miskito: aras ‘caballo’ forma absoluta, araska forma construida. Además, los nombres cambian de forma cuando son poseídos, según las personas gramaticales hasta formar paradigmas parecidos a la conjugación verbal, esta es bastante regular y simple (más la miskita que la tawahka) que la nominal donde se presentan irregularidades. Como lenguas emparentadas son bastante similares, estructuralmente hablando, aunque apuntamos algunas diferencias: el tawahka tiene una nasal 9 interdental 10 / ŋ / en posición final de palabra, así contrastan [man0] ‘tú’ y yang ‘yo’; en oraciones compuestas existen morfemas que distinguen entre sujetos iguales y sujetos distintos; también tiene un sistema de modalidad de oraciones según la actitud del hablante que puede expresarse mediante morfemas (patrimonial) y mediante verbos (préstamos del inglés), así: posibilidad, desiderativa, necesidad, certidumbre y condicional. El alfabeto práctico del tawahka y el miskito es el mismo: a, â, b, d, h, i, î, k, l, m, n, ng, p, r, s, t, u, û, w, y, / ’ / (acento). Todos los fonemas consonánticos pueden aparecer al principio de palabra a excepción de la glotal aproximante / h / , la nasal interdental / n ̪ / y l a n a s a l vel a r / ŋ / c uyo g r a fe ma e s ng. Al final de palabra únicamente aparecen los segmentos bilabiales oclusivos: / p, t, k / ; el alveolar fricativo: / s / ; el aproximante glotal / h / ; los alveolares lateral / l / y el vibrante / r / y los nasales interdental / n ̪ / y velar / N / cuyo grafema es ng. La lengua miskita y tawahka son binacionales ya que se hablan también en Nicaragua; dada la extensión territorial y la cantidad de hablantes del miskito podrían existir diferencias dialectales, sin embargo no existen estudios probatorios, la única que se menciona es la nasalización de las vocales en la zona de Brus Laguna, sin embargo no existe hasta ahora ningún estudio dialectológico que pruebe tal sospecha que signifique el aumento de las vocales en esta lengua. En miskito los sonidos consonánticos sonoros m, n, ng, l y r, incluso las vocales se ensordecen.
La lengua tol, hablada en la Montaña de la Flor, Francisco Morazán, está casi extinta en el departamento de Yoro ya que se habla precariamente sólo a nivel de palabras sueltas. Su filiación lingüística no ha sido probada, así que bien podría expresarse lo dicho respecto al caso del lenca, que «culturalmente es mesoamericana aunque lingüísticamente no lo sea». Su sistema numérico es pentasimal. Fonológicamente destaca la serie de las oclusivas y africadas glotalizadas y aspiradas y posee seis vocales con la alta cerrada central ü que se pronuncia entre la i y la u (con los labios no redondeados) como en ’üsüs ‘agua’; además se manifiesta el fenómeno de la armonía vocálica que consiste en que todas las vocales armonizan o se uniforman cuando un morfema se agrega a una raíz nominal o verbal. Este fenómeno es bastante complejo en la lengua ya que la asimilación de la vocal puede ser total (reflejo vocálico) o parcial (asimilación de un rasgo vocálico), de derecha a izquierda o a reversa, también los cambios vocálicos se producen en el modo de articulación [+alto] > [-alto] ante vocales [-alto] en la flexión nominal y, en el punto de articulación [+anterior] > [-anterior] ante vocales [-anterior] en la flexión verbal; esto quiere decir que la armonía vocálica se escinde en las dos grandes partes de la lengua: en la frase nominal y la verbal. La morfología es pesada pues existen muchas variaciones en la lengua tanto en el verbo como en el nombre (existen los nombres inalienables, términos referidos al parentesco y a las partes del cuerpo) que tienen que ser poseídos necesariamente por las personas, no se concibe una mano o un padre no perteneciente a alguien; las mayores alternancias se presentan en 1ps (primera persona del singular). Igual sucede con la conjugación verbal, se marcan los tres tiempos verbales, el pasado, fut uro y modo imperativo que se prefijan y el presente se infija pero, en los compuestos con la partícula la, esta sirve como receptáculo del morfema de tiempo presente, también varían los morfemas de persona según la terminación del tema verbal sea en consonante o vocal. Sintácticamente sigue el orden de la oración de las lenguas anteriores: S(ujeto) O(bjeto) V(erbo) con posposiciones. No existe el verbo ser y estar como tales, esa función es desempeñada por partículas invariables. En cuanto al acento, las palabras bisílabas llevan el acento fonético o prosódico en la primera sílaba (de izquierda a derecha), sin embargo existen sus excepciones, es decir, palabras bisílabas cuyo acento prosódico recae en la segunda sílaba, estas son las que se deberán de acentuar ortográficamente; las palabras trisílabas llevan el acento fonético en la segunda sílaba sin embargo existen excepciones, es decir, que el acento cae en la última sílaba, estas son las que deberán acentuarse ortográficamente. En la lengua tol predomina la sílaba C(onsonante)V(ocal), por esto, ninguna palabra empieza con vocal; le sigue la sílaba CVC; la CCVC se encuentra en los nombres referidos a las partes del cuerpo y al parentesco cuando se presenta la nasal silábica n ante las letras t, th, t’, ts, tsh, ts’; también se presenta la estructura silábica CCVC como resultado de la pérdida vocálica que se opera en la lengua, lo que trae como consecuencia la existencia de grupos consonánticos, la primera C es / p / , / c, qu, cj, qju, c’, q’u / o / v / y la segunda C será la / l / o su variante [r]. El alfabeto práctico elaborado por los misioneros del ILV (Instituto Lingüístico de Verano) es: a, c, qu, cj, qju, c’, q’u, e, i, j, l, m, n, (esta corresponde al grafema ng del pesh, miskito y tawahka), o, p, pj, p’, s, t, tj, t’, ts, tsj, ts’, u, ü, v, w, y, ’.
La lengua garífuna, lengua Caribe arawaca-africana, de sistema numérico pentasimal; fonológicamente destacan las series completas de las oclusivas sordas: p, t, k, y las sonoras b, d, g, además, las nasales m, n, ñ y la fricativa bilabial f; en las vocales existen seis con la alta cerrada central ü que se pronuncia entre la i y la u con los labios no redondeados como en dügü. Tanto el género y el número se expresan morfológicamente, hecho no común en las lenguas originarias, incluso, muy inusualmente, hace distinción de género en muchas palabras, por ejemplo, en los pronombres personales: nugía, au ‘yo’ bugía, amürü ‘tú’, las primeras del arawaco las utilizan las mujeres, las segundas africanas, los hombres; esto explica lingüísticamente el origen del cruce genético-lingüístico-cultural del garífuna; el morfema de modo infinitivo del verbo garífuna es: –ha, –da, –ga, –ra y –cha. Sintácticamente sigue un orden oracional distinto a las lenguas anteriores: V(erbo) S(ujeto) O(bjeto) con preposiciones. El alfabeto práctico es: a, b, ch, d, e, f, g, h, i, k, l, m, n, ñ, o, p, r, s, t, u, ü, w, y, / ^ / (acento circunflejo utilizado para las vocales largas).